Jean Racine, al escribir Alexandre le Grand, nos ofrece la oportunidad de encontrarnos con una de las figuras míticas que más atracción ha despertado a lo largo de toda la historia. Alejandro Magno, el rey macedonio que conquistó todos los reinos entonces conocidos y se acercó al límite del fin del mundo para convertirse en un dios con tan solo 33 años de edad.