En toda la Unión Europea, el sector cultural fue el primero en ser confinado en marzo de 2020 y parece que será el último en reabrirse.

En octubre de 2020, Pearle* pidió a la Unión Europea y a sus Estados miembros que le den un futuro a la cultura a través de un Plan de Recuperación basado en tres pilares: supervivencia, inversión y resiliencia. El coste provisional de la pandemia ha sido muy alto para el sector cultural: como reveló el estudio de Ernst & Young ‘Rebuilding Europe’, las artes escénicas y la música son los sectores más afectados, con un 90% menos de ingresos para las artes escénicas y un 75% menos para la música, solo en 2020.

Por otro lado, numerosos estudios científicos sobre mediciones de aerosoles y CO2, como el realizado por el Instituto Fraunhofer Heinrich-Hertz alemán, indican que las salas de conciertos, teatros y lugares no son lugares de infección. Sin embargo, debido a la falta de perspectiva y a las medidas prohibitivas, muchos artistas y trabajadores cualificados, se están viendo en la obligación de abandonar el sector de las artes en vivo. Además, la actual incertidumbre hace que las organizaciones de espectáculos y eventos no puedan planificar de manera realista el futuro, lo que socava cualquier perspectiva de un reinicio rápido.

El cierre en varios países ha demostrado que el acceso a la cultura sigue siendo una necesidad esencial para las personas en tiempos de pandemia. No obstante, la vacunación que se está produciendo lentamente en toda Europa ya anuncia que comenzará a permitirse la reanudación del turismo, lo cual debería ir de la mano con la reapertura de las actividades de espectáculos en vivo, siempre con el cuidado necesario y considerando los conceptos desarrollados de seguridad sanitaria. Por todo ello, desde Pearle * se insta a la Unión Europea y a sus Estados miembros a tener en cuenta las evidencias científicas y establecer un planteamiento para comenzar a abrir de nuevo el sector de las actuaciones en directo al público.