El nombre de la rosa contiene una original mezcla de relato detectivesco a lo Agatha Christie y novela culta, y se revela como una aventura laberíntica, que participa de las características propias de la novela policíaca, la crónica medieval, o la alegoría narrativa. Su apasionante trama, llena de golpes de efecto, nos deslumbra además con la reconstrucción portentosa de una época, de sus diversas formas de pensar y los conflictos que entre ellas se desatan.