
El próximo 28 de junio entra en vigor el Acta Europea de Accesibilidad (AEA), una directiva que obligará a empresas de toda la Unión Europea, incluidas las del sector del espectáculo en vivo, a garantizar que sus productos y servicios sean accesibles para las personas con discapacidad y personas mayores, que suman más de 80 millones en la UE. Adoptada en 2019, la normativa busca armonizar los requisitos de accesibilidad en el mercado interior y evitar barreras derivadas de normativas nacionales fragmentadas.
Aunque el espectáculo en vivo no se menciona explícitamente, muchos de sus servicios entran en el ámbito de aplicación: plataformas de venta de entradas, aplicaciones móviles, máquinas expendedoras, sitios web de teatros o festivales, e incluso transmisiones en directo deberán cumplir con criterios de accesibilidad funcional. Esto implica interfaces comprensibles, navegación sencilla y contenidos digitales adaptados, conforme a estándares como las WCAG 2.2.
Las empresas deberán garantizar que también sus proveedores externos cumplan la norma. A partir de junio de 2025, los Estados miembros serán responsables de la vigilancia y podrán aplicar sanciones por incumplimiento. Habrá exenciones limitadas, como para microempresas o en casos donde el cumplimiento suponga una carga desproporcionada. La AEA representa un paso decisivo hacia una cultura más inclusiva también en el acceso a la cultura y el entretenimiento en directo.
Esta nueva legislación supone un desafío importante para el sector, pero también una oportunidad para modernizar infraestructuras digitales y físicas, mejorar la experiencia del público y ampliar su alcance. La accesibilidad deja de ser un valor añadido para convertirse en una obligación legal, alineada con los compromisos internacionales en materia de derechos humanos. Adaptarse a la AEA no solo evitará sanciones, sino que posicionará a las organizaciones culturales como agentes activos en la construcción de una sociedad más equitativa e inclusiva.