Un viaje emocional con el que reconciliarnos con la humanidad de los sentimientos. Una continua lucha y pacificación con las propias emociones. Batallas encerradas y protegidas bajo nuestras Pieles en las que el fin no es la victoria, sino el mero hecho de vivir y dejarse vivir frente a una extendida necesidad de sacar conclusiones, de obtener resultados. Intentar ser y estar en cada momento presente, dejando que las pieles huelan, suden, sangren, cambien, sientan.