La muerte de Edgar Allan Poe estuvo marcada por el misterio. Y el misterio ha continuado rondando la tumba del poeta, considerado como uno de los maestros universales del terror. Cada 19 de enero, fecha del nacimiento de Poe, y desde la década de 1930, una negra figura, como surgida de uno de sus relatos, visita la tumba del poeta con el fin de servirse una copa de coñac, un brindis en memoria de Edgar Allan Poe y dejando tras su paso tres rosas como distintivo.