Es otra vez el juego pero ahora dejando que la imaginación vuele sin más inspiración que la imaginación desbocada que nos recuerda instantes de felicidad y de diversión. Es puro “Aracaladanza”: aparente sencillez mágica que sucede a la sorpresa, que llega tras la sonrisa y se prende con una imagen, que se disfruta con una luz asombrosa reflejada también en un video y vestida de asombro.